Sofia Gubaidulina (1931)
Sofiya Asgátovna Gubaidúlina es una compositora rusa actual, de etnia mitad rusa mitad tártara, conocida por su capacidad innovadora y por la transcendencia religiosa de su obra. La música de Gubaidulina está influida y enriquecida por cuatro culturas: la tártara (por su padre), la eslava (por su madre), la judía (por sus profesores) y la germánica (por su país de adopción) (Van der Spek, 2018).
Sofía, 6 años |
Nació en Chístopol (Tartaristán/República Tártara) en 1931. Sobre su infancia, dice Gubaidulina:
"Mi padre acostumbraba a salir de paseo conmigo…caminábamos mucho durante horas y él se mantenía completamente en silencio sin necesidad de que habláramos. La relación con mi padre fue muy importante para mí. Nunca he llegado a tener una experiencia tan poderosa: comunicación sin palabras entre nuestros 'yos' interiores" (Van der Spek, 2018).
De estudiante en el Conservatorio de Moscú, 1955 |
Durante su juventud pasaba mucho tiempo rezando en los campos cerca de su casa para poder convertirse en compositora (Sofiya Gubaidúlina, 2021). Estudió composición y piano (con Grigori Kogan) en el conservatorio de Kazán, graduándose en 1954. Prosiguió sus estudios en Moscú en el conservatorio con Nikolái Peikó, asistente de Dmitri Shostakóvich, y continuó los estudios de postgrado con Visarión Shebalín hasta 1963 (Sofiya Gubaidúlina, 2021). A partir de ese año ha estado muy activa como compositora ya autónoma.
Durante sus estudios en la Unión Soviética, su música fue etiquetada de «irresponsable» por su exploración de afinaciones alternativas. Sin embargo, fue apoyada por Dmitri Shostakóvich, quien al evaluarla en su examen final la animó a continuar por su «camino erróneo»: "No tengas miedo de ser tú misma. Te deseo que puedas seguir adelante por tu propio camino equivocado" (Van der Spek, 2018). Anna Bofill añade que Shostakóvich le ayudó a obtener el diploma que no querían concederle porque según los profesores componía de forma errónea (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 267).
En la época del terror de Stalin, la escuela de música era para ella como un espacio sagrado. Bach es su compositor favorito, seguido por Wagner, Shostakóvich y Berg (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 267).
"Hubo períodos en que he sentido atracción por Wagner, por la Escuela Rusa, por Josquin des Prés, por Gesualdo y por la Segunda Escuela de Viena, pero la figura por la que experimento una constante devoción es Johann Sebastian Bach. Sus obras siguen siendo una gran fuente de aprendizaje para mí"
Sofía Gubaidulina (Van der Spek, 2018)
Sofía en un concierto del Club Musical Juvenil de Moscú, 1969 |
A la URSS llega con retraso la influencia de la Escuela de Viena. Hacia 1958 en el Conservatorio, en donde también estudiaban Schnitke y Denisov, hay varias tendencias estilísticas preponderantes: la muy radical de Volkonski que adopta la música serial estricta, la del Groupe des Six y Stravinsky, la de Rodion Scedrin considerada de tendencia moderada y la académica conservadora. En 1959 llega la obra de Stravinsky con Sacre du Printemps y a Gubaidulina le impresiona la Sinfonía de los Salmos que para ella representa la idea de lo sagrado (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 267).
De Bartók le interesa la aplicación de la sección áurea en la estructura interválica y en la rítmica, así como el uso de la serie de Fibonacci. También el uso de los microtonos, porque para ella la indagación en los espacios microtonales es como aspirar al mundo interior (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 267).
Del pensamiento musical de Scriabin le influye su deseo de encontrar un espacio cósmico dentro del sonido y ha sido un punto de partida la idea de ir más allá del sonido persiguiendo la articulación de ese sonido en el espacio, su mutación mediante el paso de un estado a otro en una especie de sublimación que trasciende la trivialidad del propio sonido para transformarlo en símbolo (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 267).
En 1956 se ejecuta su primera obra en público, en Moscú, fue el ciclo sinfónico Fatselija. El
carácter orientalista y claramente esotérico pareció una provocación en contra de las opiniones y los cánones oficiales que preconizaban el canto patriótico. Con su música quería reflejar un arte total, mezcla de poesía, filosofía, literatura y creencias religiosas (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 268).Después de sus primeras obras marcadas por el lenguaje de Shostakóvich, adoptó el serialismo en su Chacona para piano, antes de que lo hiciera Denisov, y en Cinque studi para contrabajo, arpa y percusión (1965). Serialismo que intenta superar y en Notte a Memfi (1968) empieza a plantear los problemas entre caos y orden (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 267).
En cuanto a la forma es importante para ella la idea de unidad, entendida como cierre del espacio sonoro o unión de las cosas dispersas (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 268).
Melódicamente, la obra de Gubaidulina se caracteriza por el uso frecuente de motivos cromáticos intensos más que por largas frases melódicas. Trata a menudo el espacio musical como un medio de alcanzar la unidad con la divinidad (una línea directa con Dios). Lo consigue a través del uso del microcromatismo (por ejemplo, en cuartos de tonos) y frecuentes glissandi, como un ejemplo de la ausencia de escalones en el camino hacia la divinidad (Van der Spek, 2018).
A principios de 1970, menciona Anna Bifill, busca superar el sistema serial no únicamente por el uso de la electrónica, como hacen otros, sino que cada músico toca una parte propia y diferente de las otras, incluso con uso de escenografía para representar la idea de la desintegración (Quartetto n.1). En 1971 en Concordanza para quinteto de viento, cuatro arcos y percusión, estudia las relaciones de concordancia y discordancia de determinados grupos sonoros (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 268).
Desde el inicio de la década de los 70, el temperamento esencialmente religioso de Gubaidulina se reflejó de forma cada vez más profunda en su trabajo. Ya en tiempo de la Unión Soviética, cuando se reprimía fuertemente la expresión pública religiosa, había escrito obras como el concierto para piano Introitus (1978), el concierto para violín Offertorium (1980), compuesto para el violinista Gidon Kremer, y que toma su nombre de la Musikalisches Opfer (Ofrenda musical) de Johann Sebastian Bach, de la que se extrajo un tema para llevar a cabo variaciones sobre el mismo, y Sieben Worte (Siete Palabras) para violonchelo, acordeón y orquesta de cuerdas (1982) publicado en la URSS bajo el título no religioso de “Partita” (Van der Spek, 2018).
En la foto del grupo. De izquierda a derecha, Artyomov en Tár (un instrumento punteado uzbeko-tadzhik), Gubaidulina con un cuerno de caza georgiano y Suslin con Pandura |
A mediados de los años 1970 Gubaidúlina fundó Astreia, un grupo de improvisación con instrumentos folclóricos rusos, caucásicos y de Asia Central, con los compositores Víktor Suslin y Viacheslav Artiómo. Estos sonidos y timbres hasta ahora desconocidos y formas de experimentar el tiempo musical causaron una profunda influencia en su trabajo creativo y un gran impacto en su obra (Sikorski,2020). Como acabamos de decir, se sintieron atraídos por la espontaneidad de la música folclórica, así como por los timbres inusuales que exploraron de todas las formas posibles. Improvisaban durante horas seguidas. Gubaidulina, en particular, parecía estar guiada por una voz interior o "demonio" que dirigía su camino e incluso obligaba a los demás a seguirla. Dieron conciertos públicos, a veces con otros músicos, que atrajeron la atención de la KGB que, francamente, no tenía idea de qué hacer con estos músicos. "¿De donde vienes?" y "¿Qué estudiaste?" les preguntaban. El grupo tuvo sesiones semanales entre 1975 y 1981 (Bryan, 2017). Después de un intervalo de pausa de varios años, Sofia Gubaidulina y Viktor Suslin revivieron la idea del Conjunto "Astraea" en la década de 1990.
Anna Bofill señala que es autora de una enorme producción orquestal como Ofertorium (1974), Homenaje a J.S. Bach para violín y orquesta (1984), Tres cuartetos de cuerda (1971-87), o De Profundis, para acordeón (1978). Utiliza para sus obras vocales, de una clara dimensión espiritual, textos de Anna Achmátova, Marina Svetáieva o T.S. Eliot (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 268). Compondría un Homenaje a T. S. Eliot, usando el texto de su obra maestra espiritual "Four Quartets".
Se le permitió además expresar su modernismo en diversas partituras que compuso para documentales. Compuso también la banda sonora de la conocida película rusa de dibujos animados Aventuras de Mowgli (una versión de El Libro de la Jungla de Rudyard Kipling) (Van der Spek, 2018).
En 1979, fue incluida en la lista negra como una de los “Siete de Khrennikov” en el sexto congreso de la Unión de Compositores Soviéticos, debido a su participación no aprobada en algunos festivales de música soviética en el Oeste. Colaboró y compuso para el Conjunto de Percusión de Mark Pekarsky con quien había coincidido en los años del conservatorio (Van der Spek, 2018).
Desde principios de la década de 1980, y especialmente como resultado del apoyo y
aliento que le dio Gidon Kremer, sus obras se han interpretado ampliamente en países occidentales (también resultado del éxito obtenido por el violinista Gidon Kremer con su Concierto para violín).Vivió hasta 1992 en Moscú, después escogió como residencia principal Hamburgo, Alemania (Sofiya Gubaidúlina, 2021).
Con Schnittke, Denisov y Silvestrov, ahora se la considera una de las principales representantes de la Nueva Música en la ex Unión Soviética. Prueba de ello son los numerosos pedidos de instituciones de renombre (como BBC, Berliner Festwochen, Library of Congress, NHK, The Filarmónica de Nueva York), así como el impresionante número de grabaciones de CD.
En el 2000, Sofiya Gubaidúlina, junto a Tan Dun, Osvaldo Golijov y Wolfgang Rihm, fue comisionada por la "Internationale Bachakademie Stuttgart", para componer una obra para el proyecto «Passion 2000» en conmemoración de Johann Sebastian Bach. Su contribución fue la "Johannes-Passion" (La Pasión según San Juan). En 2002 la continuó con "Johannes-Ostern" (La Pascua según San Juan), encargada por la Hannover Rundfunk. Las dos obras forman un "díptico" sobre la muerte y resurrección de Jesús, su obra más larga hasta la fecha (Sofiya Gubaidúlina, 2021).
Sofia con la violinista Anne Sophie Mutter |
En el año 2002 recibió el Premio de Música Polar, un premio concedido por la Real Academia de Música de Suecia. Sofia Gubaidulina es miembro de la Academia de las artes de Berlin, de la Freie Akademie der Künste en Hamburg (Sofiya Gubaidúlina, 2021), de la Royal Music Academy en Stockholm, de la orden alemana ‘Pour le mérite’ y miembro honorario de la American Academy of Arts and Letters. Invitada por WalterFink en 2003 al Komponistenporträt del Rheingau Musik Festival (número 13 tras Steve Reich en 2002 y Krzysztof Penderecki en 2001), siendo la primera mujer compositora en ser invitada a este evento anual (Van der Spek, 2018). La interpretación de su obra "The Light at the End" (La luz al final), precedió a la Sinfonía n.9 de Beethoven en los Premios, Proms de 2005. En 2006-2007 compuso In Tempus Praesens, su segundo concierto para violín dedicado a la violinista Anne Sophie Mutter. En 2007, su segundo concierto para violín In Tempus Praesens, fue ejecutado en el Festival de Lucerna por Anne-Sophie Mutter (Sofiya Gubaidúlina, 2021). Su creación fue filmada e incluida en la película Sofía, biografía de un concierto para violín.
Ha ganado numerosos premios. Sofia Gubaidulina fue nombrada 'Capell-Compositrice' de Sächsische Staatskapelle Dresden para las temporadas de conciertos 2014/2015 y 2016/2017 (Sikorski, 2020).
Aunque la educación y los antecedentes de Sofia Gubaidulina son rusos, es
importante tener en cuenta el significado de sus orígenes tártaros. Sin embargo, ella no es una nacionalista romántica. Su dominio compositivo le permite hacer uso de las técnicas contemporáneas desarrolladas por las vanguardias europeas y americanas, aunque de forma totalmente individual. Además, las filosofías orientales han influido en determinados aspectos de su música (Sikorski, 2020).Una característica sorprendente del trabajo de Gubaidulina es la ausencia casi total de música "absoluta". La gran mayoría de sus piezas tienen una dimensión extramusical, por ejemplo, un poema, ya sea colocado en la música u oculto entre líneas, un ritual o algún tipo de "acción" instrumental. Algunas de sus composiciones demuestran su preocupación por las ideas místicas y el simbolismo cristiano. Tiene una amplia gama de intereses literarios y ha puesto música a poemas de antiguos escritores egipcios y persas y poesía lírica contemporánea de Marina Tsvetayeva, por la que siente una profunda afinidad espiritual (Sikorski, 2020).
Sofia Gubaidulina, julio 1981 |
La música de Gubaidúlina está marcada por el uso de combinaciones instrumentales inusuales. En In Erwartung, combina la percusión (bongós, güiros, temple blocks, platillos y tam tam, entre otros), el bayán (acordeón ruso) y un cuarteto de saxofones. Ha escrito obras para koto japonés y orquesta sinfónica (Sofiya Gubaidúlina, 2021).
A inicios de los años 1980, comenzó a usar la serie de Fibonacci como modo de estructurar la forma de una obra. La secuencia es especialmente atractiva en cuanto da la base para la composición mientras aún permite «respirar» a la forma. Juega un rol prominente en obras como Perception, Im Anfang war der Rhythmus, Quasi hoketus y la Sinfonía Stimmen... Verstummen... (Sofiya Gubaidúlina, 2021).
Las series de Lucas y del Evangelista, secuencias derivadas de la de Fibonacci, fueron agregadas a su repertorio. Se suele encuadrar dentro del minimalismo sacro (Sofiya Gubaidúlina, 2021).
Anna Bofill Levi nos indica: "La escritura de Gubaidulina no se puede clasificar dentro de un estilo o tendencia determinada, es completamente original. Vive y se expresa entre las culturas de Oriente y Occidente, ve el arte como pensamiento y religión en el sentido de re-ligio" (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 269):
"Soy una persona religiosa... y por «religión» entiendo «re-ligio», y el «re-ligado» de un vínculo... restaurando el «legato» de la vida. La vida se divide en muchas partes... No hay ocupación más importante que la recomposición de la integridad espiritual a través de la composición musical."
Sofía Gubaidulina
Bofill Levi continua: " La idea central de cada una de sus obras suele estar expresada en el título de la misma. Así, por ejemplo, Descensio (1981), relacionada con Pentecostés y con la bajada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, adquiere un significado simbólico por la bajada de registro del material sonoro. Utiliza también antinomias o dicotomías tan propias del pensamiento occidental y en los mismos títulos aparecen estas dualidades u oposiciones binarias: Vivente-non vivente, Rumore e silenzo, Claro y oscuro, Jardín de alegría y tristeza, Par y dispar, Pro et Contra.
Sofia y Geir Draugsvoll en un ensayo, 2017 |
Su objetivo será crear situaciones dramáticas de gran tensión psicológica. Del pensamiento oriental le atrae el monismo o esa concepción del mundo como unitario que enseñan el taoismo y el budismo zen. Por ello utiliza muchos instrumentos orientales en sus orquestaciones. Ha trabajado las posibilidades de síntesis entre principios y sonidos de Occidente y Oriente y en algunas obras trabaja con el paso de la acción, propia de la cultura occidental, a la inacción, propia de los momentos de meditación de las religiones orientales. En otras obras al contrario, pasa de la inacción a la acción"(Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 269).
Sofia Gubaidulina, 2017 |
"Es nacional la linfa misma del fenómeno artístico...perderse en el fenómeno nacional es negativo, diabólico,...los problemas a los que me enfrento no son nacionales sino que pertenecen a todo el género humano"
Sofía Gubaidulina
(Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 270).
Entre los valores más universales considera la verdad y la libertad. Sus maestros le han enseñado la lección más importante que es ser ella misma:
“En mi opinión, la relación ideal con la tradición y las nuevas técnicas de composición es aquella en la que el artista ha dominado tanto lo antiguo como lo nuevo, aunque de manera que parezca que no se fija ni en uno ni en el otro. Existen compositores que construyen sus obras de manera muy consciente; Yo soy una de aquellos que la 'cultivan' . Y por eso todo lo que he asimilado forma, por así decirlo, las raíces de un árbol, y el trabajo sus ramas y hojas. De hecho, uno puede describirlos como nuevos, pero no obstante son hojas, y así vistas son siempre tradicionales y viejas. Dmitri Shostakovich y Anton Webern han tenido la mayor influencia en mi trabajo. Aunque mi música no tiene rastros aparentes de ella, estos dos compositores me enseñaron la lección más importante de todas: ser yo mismo "
Sofía Gubaidulina (Sikorski, 2020)
Es seguramente la compositora actual más reconocida internacionalmente (Bofill Levi, 2015, Capítulo IX, p. 270).
Premios y reconocimientos
- 1974 Commendation by the Rome International Composer’s Competition
- 1987 Prix de Monaco
- 1989 Koussevitzky International Record Award for the CD recording of her violin concerto ‘Offertorium’
- 1991 Premio Franco Abbiato
- 1991 Heidelberger Künstlerinnenpreis
- 1992 Russian State Prize
- 1994 Koussevitzky International Record Award for her symphony ‘Stimmen ... verstummen...’
- 1995 Ludwig Spohr Prize of the City of Brunswick
- 1997 Cultural Prize of the City of Pinneberg District
- 1998 Praemium Imperiale, Tokyo
- 1999 Prize of the Léonie Sonning Music Foundation, Copenhagen
- 1999 Prize of the German ‘Bible and Culture’ Foundation
- 2000 Stockholm Concert Hall Foundation’s Honorary Medal in Gold
- 2001 Goethe Medal of the City of Weimar
- 2001 Honorary Professor of the Kazan Conservatory
- 2001 ‘Silenzio’ Prize, Moscow
- 2002 Polar Music Prize, Stockholm
- 2002 The Great Distinguished Service Cross of Merit of the Federal Republic of Germany
- 2003 Living Composer Prize in the Cannes Classical Awards
- 2005 European Culture Prize
- 2005 Honorary Professor of the Conservatories of Beijing and Tianjin
- 2006 ‘Personality of the Year 2006’. Title adjudicated by the Moscow Music Magazine
- 2007 ‘Triumph’ Cultural Prize, Moscow
- 2007 City of Hamburg Bach Prize
- 2009 The Great Distinguished Service Cross of Merit with Star of the Federal Republic of Germany
- 2009 Premio Nuovi Eventi Musicali, Florence
- 2009 European Church Music Prize, Schwäbisch Gmünd
- 2009 Honorary Doctorate of the Yale University
- 2010 Aleksandr Men Prize, Academy of the Diocese of Rottenburg-Stuttgart
- 2011 Honorary Member of the ISCM
- 2011 Honorary Doctorate of the Chicago University
- 2012 Honorary Professor of the Kiev Music Academy
- 2013 ‘Golden Lion’ of the Venice Biennale
- 2013 Medal of the Hamburg Free Academy of Arts
- 2014 Prix de l’Académie Royale de Belgique
- 2016 Member of the Accademia Nazionale di Santa Cecilia
- 2017 German Music Authors’ Prize awarded by GEMA
- 2017 Honorary Doctorate of the New England Conservatory of Music, Boston
- 2017 Frontiers of Knowledge Award of the BBVA Foundation
- 2017 Shostakovich Prize of the International Shostakovich Days Gohrisch
- 2019 Royal Philharmonic Society Gold Medal
Gubaidulina, Laurel Fay (autora de una biografía de Shostakovich) y John Cage en Leningrado, en 1988. |
Retrato de S. Gubaidulina. Parte 1/3 (subtítulos español)
Retrato de S. Gubaidulina. Parte 2/3 (subtítulos español)
Retrato de S. Gubaidulina. Parte 3/3 (subtítulos español)
Entrevista click aquí por Alberto Ojeda
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